Quizá la palabra anóbido no le suene,pero seguro que si le sonará la palabra carcoma o habrá visto su efecto en maderas expuestas al ataque de los insectos.

La mayoría de las coníferas son maderas blandas y susceptibles del ataque del coleóptero responsable de la carcoma, de la polilla y de las termitas.

Por el contrario muchas maderas tropicales son aptas para fabricar tarimas resistentes a la carcoma, al ataque de estos molestos insectos, de los anóbidos.

Entre las tarimas resistentes a la carcoma la que más nos gusta es la tarima maciza de Elondo, combina belleza y resistencia como la que más. Es inatacable por la carcoma y resiste el ataque de todos los insectos, incluidas las termitas. Ademas la tarima maciza de Elondo es una de las maderas más duras y resistentes a usos muy intensivos.

Pero la tarima de Elondo no es la única madera resistente a la carcoma, también lo es el Cumarú rojo, que resiste también a los insectos xilófagos marinos. Una madera resistente a la carcoma es el Ipé del Brasil, que combina con su matices color tabaco, belleza y resistencia. De las tarimas maciza de exterior de color burdeos destaca la Masaranduba que es también una madera resistente a la carcoma.
Si buscamos una tarima maciza exótica fabricada con una madera resistente a la carcoma destacamos la Muiricatiara o Gonzalo Alvéz, que tiene vetas que recuerdan a la piel de un tigre.

El Ipé del Brasil está entre las tarimas resistentes a la carcoma, pero tiene más cualidades como la estabilidad, la dureza y más propiedades. No se pierda nuestra oferta de Ipé exterior.

No son generalmente tarimas resistentes a la carcoma las maderas de color claro, el pino es una madera muy sensible a los anóbidos, a no ser que sea tratada (cuperizado). Aún así el pino sigue siendo una madera blanda.

Con la madera de castaño tampoco se fabrican tarimas resistentes a la carcoma, es muy sensible a los anóbidos y es muy atacable; lo mismo sucede con el fresno. Estas maderas claras no son recomendables para casas de campo muy expuestas a los insectos. Tampoco el Nogal es una madera resistente a la carcoma, aunque sea de color oscura.

En el caso del pino, que es una conífera, hay muchas especies y variedades, la mayoría muy vulnerables a la carcoma a excepción del Pino Carrasco, que es resistente a los anóbidos, los líctidos y cerambidos. Con este tipo de pino sí se fabrican tarimas resistentes a la carcoma para el interior.

Sin embargo para que una madera sea apta como tarima exterior no es suficiente la resistencia a los insectos ya que también debe ser una madera dura o muy dura para resistir usos muy intensivos.

De este modo el pino no es por naturaleza una madera resistente a la carcoma, no admite usos intensivos y como la mayoría de los pinos tienden a producir fendas (grietas o resquebrajamientos). Por ello desaconsejamos la instalación de tarima de pino tratado contra los insectos en la intemperie (ya sea mediante autoclave o el llamado cuperizado) debido a que sigue siendo una tarima exterior blanda.

El Cedro es una madera resistente a la carcoma, pero aún así no es recomendable la instalación de tarima en el exterior no admite usos muy intensivos por su densidad, que va desde los 450 a los 600 Kg / m3. También la madera de Olivo es una madera durable y en particular no es atacable por los anóbidos, por tanto es una madera resistente a la carcoma. Pero no empleada para fabricar tarima habitualmente y menos en el exterior.